Ya te ha pasado que
te encuentras en el dilema de si es
mejor vivir momentos o existir
en ellos. He ido creyendo a lo largo de los días que en esta vida las
decisiones más importantes nunca la podemos tomar; son impuestas, pero también creo
que cada uno tiene un número finito de decisiones “absurdas”, decisiones
que nos ayudan a encontrar esos momentos
que deseamos, es ahí donde la sociedad te dice que nace la decadencia de valores.
Lo bondadoso de la filosofía
es que muchos creen que se deben de tratar temas controversiales, por desgracia no es así y comienza la
historia de porque los valores solo
sirven para discriminar.
Sócrates, un tonto
de antes de Cristo dijo que cada ser humano nace con una base de derechos que
lo hacen HUMANO, y si lo ponemos en contexto actual todos tenemos un derecho común
y es EXISTIR, independientemente decisiones correctas o erróneas te hagan
sujeto de discriminación social.
Es indignante como
pueden llegar a criticar tanto a un homosexual o lesbiana, si en lo único que
se diferencian de un heterosexual es en una preferencia sexual; más bien
existen casos que un tatuaje, piercing o extensión te hacen punto de crítica
porque se supone que eres el encargado de crear una decadencia de valores. Y no
sé diga casos tan ridículos como tu vestimenta o corte de cabello. Si cada
persona que ha decidido mostrar su significante
interior y ocultar su insignificante exterior es responsable de demostrar que
la felicidad si existe (gustos y preferencias
diferentes no te hacen feliz, el aceptar quien realmente eres, si lo hace) es
decir, prefiere existir que vivir.
Lo que admiro de
cada persona que decide existir y mostrarle a la sociedad sus
‘diferencias’ es que desarrollan más la capacidad de ser “HUMANOS” (no digo que un religioso, conservador no lo sea)
Simplemente es que saben diferenciar en que en esta vida son cosas pequeñas las
que nos hacen únicos, nos hacen reales. La mayoría de millennials sabe, que de los sueños si
se puede vivir y ese miedo de no querer equivocarse, no querer tener un mal día
o no aceptar la realidad; porque teóricamente es malo según las normas sociales es que no sé puede ir en la vida dejando
todo al azar, independientemente creas en los tiempos de Dios, el destino o la suerte, es patético irse cubriendo
con:
“Por algo
tenía que pasar”
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